Desde su presentación, queda claro de qué se hablará: “Mama mía, un espectáculo de humor y cáncer” es la obra cordobesa que se presentará hoy a las 21 en La Sodería (Juan Posse 1.141), con la actuación de Mariana Cabrol y la dirección de Julieta Daga.
“En escena hay una actriz en una sala de espera; ella está en un laberinto mental inducido por el exceso de químicos. Pero como sabemos el humor todo lo puede. El cáncer de mama es un tema tabú. ¿Nos podemos reír de todo? Sí, ella sí”, anticipan a dúo para LA GACETA.
Avisan que la propuesta apunta a “des-solemnizar y a des-dramatizar” la experiencia vivida por la actriz, que cuenta cómo fue su transito con el cáncer y lo alivianador de poder transitarlo con humor mientras estaba inmersa en los tratamientos. Su experiencia fue volcada en videos de IG de su cuenta @soyliminal, y luego llegó al escenario.
- ¿Qué les interesa narrar?
- (Julieta Daga -JD) “Mama mía” es una obra necesaria que habla del cáncer, de lo que nadie quiere nombrar. El humor nos permite arribar al tema desde esa periferia, desorientando al lugar común, jugando con el tabú, coqueteando con el orden establecido, profundizando desde la risa en el dolor encarnado en personajes emblemáticos de la historia del teatro universal para validar una mirada femenina, desde una perspectiva disidente. Nos metemos con los cánones de belleza, del capitalismo alrededor de lo que se supone debería ser un cuerpo de mujer y de las pretensiones culturales de tener un cuerpo hegemónico aún atravesando una enfermedad.
- ¿Cuál es el peso del aporte autobiográfico?
- (Mariana Cabrol - MC) Si bien surge de mi experiencia individual, se busca una narrativa que sea colectiva. La obra invita a transitar esa montaña rusa de emociones que puede ser un tratamiento (oncológico o cualquier otro). Junto con el humor, hay un plano poético, de reflexión y de denuncia. El arte opera en toda la persona, fue sanador, y un anclaje fuerte a la vida durante mi curación.
- Abordar artísticamente el cáncer es un desafío, hasta su palabra está atravesada por eufemismos...
- (MC) Es difícil de abordar, de nombrar, el cáncer en la vida misma, pero realmente para nosotras no lo fue. Habilitamos desde el primer momento el juego, la risa, la denuncia y la emoción. Con honestidad, respeto y amor. Los dispositivos escenográficos y de vestuario juegan un papel burlesco y festivo, en una escena de un clima jocoso, aunque por momentos se sumerge en la tragedia. El ritmo intenta poner en tensión al espectador, que viaje por todas las emociones que invaden al personaje. Ir de la risa al llanto es una búsqueda en la que venimos trabajando hace mucho, profundizando en los límites de la tensión, del dolor y el goce, pendulando junto a los espectadores en busca de un espectáculo conmovedor y feliz, aunque sea un tema complejo.
Contaminación del aire: el nuevo factor de riesgo para el cáncer de pulmón en no fumadores- (JD) Intentamos tomar situaciones límites desde lugares que provoquen preguntas, donde los bordes no sean concretos y proponemos una posible otra realidad donde la risa nos eleve por sobre la muerte, un instante donde reír detenga el tiempo y nos permita jugar a ser eternos.
- ¿Resignifican objetos cotidianos en la puesta?
- (MC) Los extrajimos del universo hospitalario para propiciar un campo de juego para que el personaje se cuestione sobre lo aplicado sobre su cuerpo para dar nuevas formas poéticas de uso a materiales íntimamente relacionados al cuidado alopático de la salud: un suero (puede ser medicina o veneno); muchos metros de tubo de látex que arman un gran entramado que ocupa todo el espacio, como una gran telaraña que tiene atrapada a la actriz y la lleva a encontrar nuevas maneras de habitar ese laberinto; o un trozo de aislante térmico aluminizado.
- (JD) La obra tiene imágenes hermosas construidas con elementos no teatrales que conmueven al espectador; está pensada para ser disfrutada. La composición visual y musical y la belleza brutal del texto hace que sea algo distinto, por su provocación y resignificación.
- ¿Cómo ha sido la respuesta del publico?
- (MC) Fue siempre desde un lugar de mucho agradecimiento por la sinceridad, por mostrar la vulnerabilidad, por habilitar la risa, por no transitar los lugares comunes, por nombra y visibilizar. Reúne dos públicos distintos: los asiduos concurrentes al teatro y quienes han transitado un tratamiento oncológico o acompañado a alguien.
- Ganaron la Fiesta Provincial de Teatro y deberían representar a Córdoba en la Nacional, pero todo entró en duda con la supresión del INT. ¿Cómo evalúan la situación cultural?
- (JD) Este gobierno nazi va por todos y la cultura siempre fue una guarida impenetrable; por eso quieren atacarnos. Acabar con el INT, quitarle su valor federal, centralizar las decisiones desconociendo los colores del territorio, es un atropello, uno más. No podíamos esperar otra cosa de gente inculta. Habrá que hacer fuerza y empujar juntos, teatristas y públicos, para aguantar hasta que se vayan, y empezar de nuevo. Tenemos el compromiso de defender lo conseguido con espectáculos inolvidables y saliendo a la calle con lo que ya sabemos: haciendo teatro y poesía, que de eso no entienden mucho.